domingo, 14 de marzo de 2010

Equivocarse es de humanos. Liarla es de estúpidos


Entre nevadas y apagones parece que el último gran comentario de Elena Salgado, nuestra ministra de economía, ha pasado desapercibido a pesar de lo interesante que resulta. En un acto de sinceridad (supongo) la Sra. Salgado ha admitido que tal vez se equivocaron al eliminar el impuesto sobre el patrimonio.

Aunque haya quien no entienda ese "tal vez", para mí es la introducción imprescindible al reconocimiento de un error por parte de alguien que se dedica a la política. No sé porqué, pero la gente con aspiraciones en ese mundo tiene prohibido equivocarse o, al menos, reconocerlo abiertamente. Y es una lástima, porque si lo hiciesen nos parecerían más humanos y, además, podrían rectificar y nos parecerían más sabios.

Pero no, cuando se dan cuenta de que se equivocan añaden un "tal vez" al inicio de la frase y, en lugar de deshacer aquello que hicieron mal, hacen una cosa aún peor; de manera que en lugar de sabios acaban pareciendo estúpidos (o, en su defecto, malas personas).

Que eliminar el impuesto sobre el patrimonio fue un error resulta especialmente evidente ahora que las cuentas del estado están en entredicho, pero incrementar la carga del impuesto sobre el valor añadido para recaudar aquello que renunciaron a recaudar en lugar de volver a introducir el impuesto eliminado, es liarla.

Intercambiar un impuesto que grava a los que más tienen y en función de lo que tienen por uno que grava a todos por igual pero en términos relativos más a los que menos tienen, especialmente ahora que se supone que nos interesa que el consumo se active, dudo que sea la respuesta más inteligente ni socialmente ni económicamente hablando.

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