martes, 31 de mayo de 2011

Reflexiones alrededor de un pepino.

La muerte de catorce personas en Alemania y alguna que otra por el resto de Europa supuestamente por culpa de unos pepinos, bien merece alguna reflexión por mi parte con, posiblemente, una conclusión inesperada.

En España ya hace décadas que aprendimos que estas cuestiones no eran para tomárselas a broma gracias a (o por culpa de) un aceite de colza desnaturalizado. Sería por aquello o por madurez que quienes tuvieron la responsabilidad de legislar impusieron condiciones y sometieron a autorizaciones, controles y registros sanitarios más o menos rígidos a quienes actúan en la cadena alimentaria.

Posteriormente, la entrada en la Unión Europea nos aportó una oleada de mentalidad germánica y se pasó del control administrativo al autocontrol por parte de las empresas productoras y elaboradoras. Sin duda, una idea bastante más madura, aunque no sé si muy acorde con nuestra cultura latina.

Para rematarlo, la Directiva de Servicios apuesta decididamente por suavizar todo tipo de controles y seguimientos previos a la actividad comercial y productiva, reduciendo así las posibilidades de tutela de la administración ante las empresas que, a base de declaraciones responsables, tienen mucha más laxitud a la hora de implantarse y comercializar productos.

Y justo en ese proceso evolutivo de la legislación que afecta a la seguridad alimentaria, unos pepinos contaminados (se supone, porque ya no está tan claro) empiezan a matar gente  nada más y nada menos que en Alemania, donde la estrategia política ha sido clara: externalicemos el problema echándole la culpa a las empresas españolas.

La verdad es que para mi reflexión es irrelevante qué hortaliza ha causado el brote letal. Lo importante es que se ha producido y que existen graves dificultades para demostrar su origen y poder aplicar medidas de control. ¿Porqué? ¿No tendrá nada que ver esa tendencia a renunciar al control administrativo para confiar dicha responsabilidad a las propias empresas?

Las decisiones políticas respecto a la liberalización de mercados a base de recortar trámites y de renunciar al control de las actividades tienen mucho más que ver con criterios económicos de carácter neoliberal que con criterios sociales y concretamente sanitarios. Seguro que reducir la fiscalización de la cadena alimentaria por parte de la administración reduce gastos públicos y aumenta los beneficios empresariales.

Cada vez que alguien argumenta la necesidad de adelgazar la administración está defendiendo implícitamente medidas de ese estilo. Quienes profesan el neoliberalismo están encantados con cada grado de control que pierde la administración en favor de la empresa. Pero, en todo caso, quisiera dejar claro a que quien se apunta a esas tesis, entre otras cosas, la seguridad de las personas le importa un pepino.

domingo, 29 de mayo de 2011

De la indignación a la euforia

Mil personas indignadas duermen durante doce días en un plaza que no se consigue evacuar ni por orden de la Junta Electoral. Una final de la Champions es suficiente para que, con carga policial incluída, la plaza la ocupen cincuenta mil personas eufóricas. ¡Qué gran favor le hace el fútbol a este país!

domingo, 22 de mayo de 2011

¿A quién no representan?

Si esto fuese un periódico ahora diría que lo que voy a decir se basa en la información que tenía en el momento de cerrar la edición. Como no es así, diré que hasta donde sé en el momento de acostarme no me ha quedado nada claro a quién no representan, según se clama en las plazas de España, quienes nos mandan.

Mientras a estas horas los sacos de dormir deben seguir llenando la plaza de España en Madrid, unas calles más allá (o más acá porque mi geografía madrileña es más que limitada) un montón de gente blandiendo banderas celestes con perfiles de gaviotas celebran con discoteca, chocolate y churros que millones de personas han dado el voto a su partido preferido.

Así las cosas, no sé qué ha hecho hoy el resto de gente indignada. Si han ido a votar, no han hecho caso de lo que predican y si no lo han hecho, no se ha notado en la participación. Claro que, bien visto, existe otra posibilidad que, aunque no me guste, quizás tenga que asumir. Igual es que las únicas personas que no se sienten representadas por quienes les gobiernan son las que ocupan esos sacos.

No sé si vivimos en una democracia real o ilusoria, pero si queremos cambiarla pacíficamente tendremos que hacerlo desde dentro de sus instituciones y en eso hoy no hemos avanzado mucho. A partir de ahora, que hagan las asambleas que convenga pero al movimiento del 15 de mayo le quedan sólo tres alternativas.

La primera es apuntarse a la actitud genuinamente española y instaurarse en el discurso del "no sé lo que quiero pero esto no me gusta y alguien tiene que arreglármelo". Esa actitud que es responsable, en buena parte, de que estemos donde estamos.

La segunda es que se constituyan en partido político alternativo y sean capaces de sintetizar toda la indignación en propuestas concretas para mejorar nuestra sociedad y convertirla, si se puede, en referente mundial.

La tercera, quizás la más práctica, sería que se infiltrasen en todos nuestros partidos para inducirles los principios que intentan defender y a los que aún no han sido capaces de poner palabras. El problema no son los partidos, sino su deshumanización. Los partidos, tanto a diestra como a siniestra,  hablan de PIB, de crecimiento económico, de tasas, de índices de ocupación, de renta disponible, ... y se han olvidado de hablar de las personas.

Así pues, indignados y indignadas, os invito a que os comprometáis o, mejor dicho, que os metáis en la política. Da igual que se discuta desde la derecha o desde la izquierda, pero haced que en el centro del debate estén siempre las personas. Si conseguimos eso no sé si estaremos mejor, pero seguro que nos sentiremos bien.

miércoles, 18 de mayo de 2011

De Tahrir a la Puerta del Sol

El espíritu de la plaza Tahrir parece haber cruzado el estrecho. Desde el 15 de mayo plazas emblemáticas de las principales capitales españolas han sido invadidas por miles de personas que, autoconvocadas a través de las redes sociales se concentran para reivindicar... ¿qué?

De la respuesta a esa pregunta depende, creo yo, que el llamado movimiento 15M pase de ser un legítimo ejercicio del derecho a la pataleta a convertirse en el precursor de un cambio que, por otra parte, podría ser a mejor o no.

Seguramente en Egipto también empezó de la misma manera: el desengaño y la frustración llevó a la protesta. Pero allí había un enemigo claro hacia el que canalizar la impotencia: un presidente dictatorial y corrupto al que derrocar, mientras que aquí las culpas están tan repartidas que dudo que nadie se atreviese a tirar la primera piedra.

Así las cosas, cuando la prensa se acercó a preguntar qué pretendían con aquellas concentraciones las respuestas fueron concretas y coincidentes, mientras que aquí cuando alguien pregunta a cualquiera sobre el objetivo de la concentración, las pocas personas que son capaces de expresar algo más allá de la protesta lo hacen en términos abstractos y variopintos.

Quien quiera que sea que ha incitado al movimiento lo ha hecho con un frase tan fácil y pegadiza como inconcreta: democracia real ¡ya! Justo eso es lo que se pedía en El Cairo pero aquí, ¿qué significa? ¿no estamos en una democracia? ¿confundimos real con asamblearia? Si es así, ¿es viable una democracia asamblearia para gobernar a 40 millones de personas? ¿Quizá alguien confunde la democracia con la anarquía?

Soy de los primeros críticos con el sistema. No funciona como debería, seguro, pero, aunque sea mal, funciona. Hay que enmendarlo, modificarlo, mejorarlo y si es preciso cambiarlo, pero no eliminarlo sin tener una alternativa razonablemente válida. ¿Qué alternativa defiende el 15M?

Cuesta relativamente poco reunir a un montón de gente descontenta alrededor de un lema poético y abstracto entre otras cosas porque cada cual puede imaginárselo como quiera pero, o se pasa a lo concreto y realista para realmente apuntarse una victoria que mantenga viva la ilusión y alerte a quienes mandan del verdadero poder del pueblo o se me ocurren, al menos, tres posibles efectos adversos.

Uno es que lo que para mucha gente puede haberse convertido en su última esperanza de cambiar las cosas se transforme en el motivo de su frustración definitiva al no alcanzar absolutamente nada más allá de una pataleta más o menos duradera.

El segundo es que alguien se canse de esperar resultados y convierta unas movilizaciones perfectamente pacíficas y cívicas en un espectáculo violento que justifique decir que quienes están contra el sistema son un peligro público.

El otro es que aparezca el oportunismo dispuesto a capitalizar esas almas que duermen a la intemperie para utilizarlas en su provecho. Ya ha empezado a aparecer algún popularillo o incluso algún político por las plazas de Madrid y Barcelona.

Tal vez sí estemos ante una posibilidad real de cambiar las cosas pero si la espontaniedad se confunde con la improvisación, lo que tenía que servir para forzar el cambio de sistema puede servir para perpetuarlo.

martes, 17 de mayo de 2011

La ley de partidos y el eslabón perdido

Nunca hasta hoy me había dedicado a leer, ni parcialmente, la famosa ley de partidos que tan "útil" parece haber resultado en Euskadi pero cuando, después de haber visto por televisión a esa especie de individuo poco más evolucionado que un Cro-magnon que encabeza la candidatura por Manresa, me llegó a casa la propaganda de Plataforma per Catalunya para las próximas elecciones municipales, decidí que tenía que hacerlo.

A estas alturas uno no confía mucho en quienes legislan, pero me imaginaba que no podía ser que se cegasen tanto que hiciesen una ley que, al menos para disimular, no fuese más allá de prohibir los partidos que se pudiesen relacionar más o menos con el terrorismo, sino que tendrían que intentar garantizar el respeto a los principios constitucionales por parte de las formaciones que quisiesen concurrir a comicios.

Y después de leerlo, efectivamente, he constatado que el artículo 9.2. especifica las conductas por las cuales un partido puede ser ilegalizado si se realizan de manera reiterada y grave. En la letra b dice literalmente:


"Vulnerar sistemáticamente las libertades y derechos fundamentales, promoviendo, justificando o exculpando los atentados contra la vida o la integridad de las personas, o la exclusión o persecución de personas por razón de su ideología, religión o creencias, nacionalidad, raza, sexo u orientación sexual."
Y llegados a este punto releo lo que dice el punto 6 del programa electoral del eslabón perdido en cuestión, que dice:

"...En nuestro municipio no cabe ni un solo inmigrante más, ni cívico ni incívico, ni legal ni ilegal."
Y me pregunto si es que la abogacía del estado, o la fiscalía, o a donde correspondan estas cosas tienen demasiado trabajo leyendo estatutos de partidos abertzales como para leer los documentos de estos homínidos que ya se atreven hasta a traspasar la raya que les había hecho camuflar hasta ahora su chenofobia tras la criminalización de la inmigración.

Finalmente respiro más tranquilo cuando recuerdo que uno de los lemas de su cartel electoral reza algo así como: "vota a gente como tú, que piensa como tú". Teniendo en cuenta que el Cro-magnon se suponía extinguido, dudo que quede mucha gente como el tal Pericas y, por tanto, aún guardo la esperanza de que su propuesta acabe en fracaso, aunque ninguna garantía.

Por cierto, tengo claro que he hecho algo que no acostumbro a hacer: faltarle al respeto a alguien. Pero es que creo que el respeto, como tantas otras cosas, hay que merecerlo y considero que no es el caso. Estoy dispuesto a enfrentarme a las denuncias que correspondan y espero tener más apoyos que votos la Plataforma.

lunes, 9 de mayo de 2011

Una joya de justicia

A partir de hoy la justicia tiene una oportunidad para reconciliarse con quienes crean que no es tan ciega como se dice. Se inicia el proceso contra Lluis Corominas, el yerno de la familia Tous que mató de un disparo a uno de los asaltantes de la casa de los joyeros en Sant Fruitós de Bages hace cuatro años y medio.

El juicio se lleva a cabo ante un jurado popular y esa es, sin duda, la primera baza con la que juega la defensa que, desde el mismo momento en que Corominas salió de la prisión preventiva se cuidó muy bien de venderlo públicamente como una buena persona a base de colaboraciones con bancos de alimentos liderados por monjas mediáticas y peregrinaciones de la jet-set del Bages a Montserrat.

Sin tener mucha idea de derecho, dudo mucho que se pudiese defender la actuación del inculpado ante un o una juez. En ese caso seguramente la discusión durante el juicio se basaría en los posibles atenuantes que le supusiesen una menor pena.

Sin embargo, cuando el jurado tenga que elegir entre una buena persona que se asustó más de la cuenta el día en que el chalé de sus suegros era víctima de la ola de robos a la rumana y un delincuente inmigrante de la Europa del este cuyo cómplice ya se fugó de España tras salir de prisión bajo fianza, tengo mis dudas de que el pueblo llano sea capaz de defender los criterios de justicia y sentido común que, con mucha frecuencia, exige a la magistratura.

No tengo bola de vidrio y, por tanto, no puedo adelantar cual será el veredicto pero, en todo caso, sí que voy a desear que quienes deliberen tras las vistas tengan la capacidad de hacerlo desde la mayor de las ecuanimidades teniendo en cuenta que, por más que se les pueda encomendar a ellos dictar justicia, nadie tiene derecho a aplicarla por su cuenta y menos cuando se trate de la pena de muerte.

viernes, 6 de mayo de 2011

Lobos, corderos y lobos con piel de cordero.

El constitucional ha decidido: Bildu debe poder presentarse a las próximas elecciones municipales. Es hora, pues, de centrarse en una campaña que cambia de escenario.

El PSE puede respirar porque el juego de tribunales ha permitido que el PSOE cumpla con los deberes que el PP le exigía sin necesidad de enemistarse con los nacionalistas.

El PNV nadó y guardó la ropa. Ya se frotaban las manos pensando en lo que podrían sacar de las migajas de Bildu pero tampoco se pusieron demasiado duros, no vaya a ser que las cosas saliesen como han salido y después alguien los confundiese con otros, como ya empiezan a pedir que no se haga.

A todo esto, Bildu es quien saca ventaja al haber podido empezar la campaña con un mes de antelación. Un grupito que nadie conocía y que englobaba partidos cuyos resultados anteriores tampoco eran como para crear unas expectativas exageradas, se han convertido en los más famosos y en los que pueden presentarse ahora como la gran esperanza de paz en  Euskadi, casi como el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

¿Y el PP? ¿tan mal lo tiene? Pues tal vez no. Ahora podrán hacer la campaña que mejor se les da. La de que viene el lobo, aunque disfrazado de cordero, y el único cazador soy yo. La única pega es que, en su empeño por extinguir la especie, ha conseguido crear suficiente confusión como para que haya quien tenga dudas razonables sobre si la piel de cordero de Bildu es postiza o no.

Sólo las urnas primero y el tiempo después repartirán razones.

jueves, 5 de mayo de 2011

Ellos no son así

Obama dice que no van a publicar ninguna foto de Osama muerto porque ellos no son de los que tratan el cadáver de una persona con un tiro en la cabeza como un trofeo. Debe ser cierto. Ellos son de otro tipo. Concretamente del tipo de los que primero disparan y después preguntan. O quizás de los que son acusación, juez y  verdugo a la vez.

No seré yo quien actúe de abogado defensor de Bin Laden, pero tal vez haya que tener en cuenta que el respeto a los derechos fundamentales, incluso los de los criminales más repudiables, estén no sólo para exigirlos a los demás, sino también para cumplirlos. Especialmente, digo yo, si eres premio nobel de la paz.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Sobre libertad de prensa, el derecho a la información y la expresión de opiniones

Creo que ayer era algo así como el día internacional del periodismo y que las asociaciones profesionales del sector aprovecharon para reivindicar la libertad de prensa. Yo también quiero sumarme a su reivindicación porque tengo claro que de ella depende un derecho de toda la ciudadanía como es el derecho a la información, pero quisiera poner algún matiz.

Es difícil entender una sociedad avanzada sin una ciudadanía que tenga libre acceso a la información que le permita formarse opinión sobre los asuntos con conocimiento de causa. Ahí los poderes públicos deben facilitar al máximo la labor del periodismo, que es la profesión que tiene encomendada la labor de acercarnos dicha información.

Como ya tengo una edad, no voy a pedir que las noticias nos lleguen de manera objetiva. Nadie explica nada objetivamente. Aún así, creo que la clase periodística debería tener más claro de lo que lo tiene que, en su caso, la expresión de opiniones y la manipulación de la información están a veces separadas por una delgada línea que conviene no traspasar.

Las opiniones se defienden en columnas y artículos con ese apellido, en debates de radio o televisión o en otros foros de ese estilo, nunca debería hacerse en reportajes o artículos de carácter informativo, en los que se debería facilitar todos los datos posibles a la audiencia para que sacase sus conclusiones.

Si alguien ha compartido mi análisis hasta aquí, seguramente también estará de acuerdo en que omitir información relevante para el juicio de unos hechos también seria censurable en el caso de medios o profesionales de la información.

Y si compartimos este último párrafo, aunque no compartamos la afición futbolística a un mismo equipo deberíamos estar de acuerdo en que no hacer ninguna mención al gol anulado ayer al Real Madrid (y no hablo de valoraciones o juicios, sólo del dsato), no deja de ser manipular la información.

Pues bien, invito a leer la crónica de la televisión pública de Catalunya y a que luego alguien me pregunte porqué digo siempre que no estoy de acuerdo en mantener las televisiones públicas.

lunes, 2 de mayo de 2011

Será por ignorancia

No entiendo de terrorismo islamista y menos de cómo se debe luchar contra él. No soy nadie para poner en entredicho lo que declare Obama. No seré yo quien dude de lo que todo el mundo ha creído. Pero, ¿soy al único a quien le ha parecido raro que EEUU se cargue a Bin Laden y tiren su cadáver al mar sin enseñar ni una foto?
Free counter and web stats