domingo, 5 de abril de 2020

No le temamos al miedo

El miedo es, seguramente, el sentimiento más denostado en nuestro hemisferio y, sin embargo, ¿qué otro sentimiento es más útil que el miedo?

Llevamos décadas viviendo en una sociedad que se esfuerza por hacernos creer que nuestro entorno es seguro, pero la realidad es tozuda y, de vez en cuando, no demuestra que la incertidumbre existe, que somos incapaces de controlar todos los acontecimientos y que, de repente, la supuesta seguridad en la que convivimos puede desintegrarse.

Entonces, cuando ello pasa, tras tanto tiempo ocultando nuestros miedos, esforzándonos por no mostrar cobardía (pocos adjetivos son tan peyorativos como cobarde), somos incapaces de reconocer lo que sentimos e interpretamos el miedo como ira, como rencor y dirigimos nuestros pensamientos a buscar culpables o, en el mejor de los casos, a autoengañarnos y a creer que mañana despertaremos y la pesadilla habrá pasado.

La gente se arruina alegremente, comete los mayores de sus errores enamorada o muere de tristeza. En cambio, el miedo siempre ha servido para garantizar nuestra subsistencia como especie.

Ocultar o, peor aún, negar nuestros sentimientos, nunca nos lleva a nada bueno. Ignorarlos tampoco mejora las cosas, pero reconocerlos y modularlos para alcanzar el equilibrio adecuado nos permite gestionarlos adecuadamente y convertir lo intuitivo en racional para sacar el mejor partido de ellos.

Así pues, en estos días, invito a todo el mundo a que reconozca su miedo, lo filtre racionalmente, lo comparta en busca de ayuda en forma de apoyos y opiniones. Sólo así sacaremos provecho del miedo sin entrar en pánico y evitaremos reprocharnos lo irreprochable y sólo así, cuando nos empiecen a abrir el grifo, seremos capaces de ser precavidos e incluso, si conviene, obedientes.
Free counter and web stats