Si alguna vez soy mayor, quiero ser opinador profesional, como los de la tele, que hablan de todo sin entender de nada. Mientras tanto y hasta que alguien decida pagarme por ello, me entretengo compartiendo con quien quiera mis opiniones discutibles.
sábado, 24 de abril de 2010
Sardanas y castañuelas
Me resulta difícil describir la sensación que me han generado las imágenes de la inauguración de la feria de abril de Barcelona por el 3/24, en las que un grupo de bailaoras, con su traje de faralaes, acompañaban el "baixant per la Font del Gat" al ritmo de los palillos.
En buena parte debe ser a causa de mi falta de apego a la mayoría de los folclores. De hecho, en mi condición de catalán hijo de archidonés y brenera, he mostrado siempre la misma indiferencia hacia las sevillanas o el flamenco que hacia las sardanas o el "ball de bastons". Seguramente, quienes sean más amantes de ese tipo de espectáculos, puedan juzgarlo con más criterio que yo.
Pero yo no intento hacer un juicio artístico, sinó describir una sensación. La escena me ha sonado a aquellos intentos forzados de demostrar una integración que, creo yo, al cabo de 70 años debería estar fuera de toda duda. No sé si a nadie se le ha ocurrido nunca tocar el "algo se muere en el alma" con una gralla, pero no creo que sonase bien.
Sí, seguramente hay quien piense que existe el flamenco Rock o Jazz y la música celta con guitarras eléctricas, pero a nadie hasta el momento se el ha ocurrido componer flamenco celta, que yo sepa. Tal vez sea que se puede modernizar la música folclórica pero que lo de mezclarla es un poco complicado. Para el año que viene propongo, en todo caso, que alguien cante sevillanas en catalán, que seguramente me sonará menos extraño.
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