lunes, 26 de abril de 2010

Entre la cancha y el despacho


Hay gestas que, por cotidianas, parecen menores. Que el Bàsquet Manresa S.A.E., actualmente Suzuki, haya conseguido un año más mantenerse en la segunda competición mundial del baloncesto es, especialmente este año, comparable con un título continental para según que otro club aunque, por múltiples razones, no reciba el mismo trato mediático.

Se apuntaba una temporada difícil, sin patrocinador principal confirmado, con más de medio equipo desmembrado por los fichajes de clubs más potentes y saliendo de un año en el que, a modo de estudiantes de instituto que pretenden financiarse el viaje de fin de estudios, se tuvo que recurrir a la venta de camisetas para garantizar la subsistencia de la entidad.

No continuó mucho mejor. Finalmente el primer equipo tuvo que llevar el nombre de uno de los copatrocinadores sin que diese más dinero del que daba y, en lo deportivo, se sucedieron las lesiones de los que deberían haber sido los referentes del equipo.

Al final, sin embargo, se ha garantizado la permanencia matemática a tres jornadas del final, se ha fichado a una nueva empresa colaboradora que huele a espónsor y, aunque sin alegrías, no se han oído más llamadas desesperadas para colaborar a sacar a flote económicamente al equipo. Y todo ello no en un año cualquiera, sinó en el de la gran crisis económica.

Creo que, llegados a este punto, es de justicia felicitar, a parte de a todo el equipo de técnicos y jugadores, a ese otro equipo que ha sido criticado con tanta frecuencia cuando las cosas no han ido todo lo bien que se esperaba o cuando se auguraban peor de lo que han ido. Me refiero a ese equipo que no juega en la cancha, sinó en los despachos y que ha tenido mucho que ver en poder confeccionar un equipo, reemplazar lesionados y todo ello haciendo cuadrar, ni que sea mínimamente, los números.

No se ha vuelto a ganar aquella liga que siempre recordaremos y que hay quienes siempre reprocharán, pero el Manresa ha vuelto a cosechar un éxito: el de seguir siendo la ciudad más pequeña entre las más grandes. Se ha demostrado una vez más que con menos de esas discutibles ayudas institucionales que cualquier otro equipo del universo ACB también se puede subsistir. Un gran éxito, sin duda, que ha fructificado en la cancha, pero que se ha gestado en el despacho. Así que, por muchos años: SOM-HI MANRESA!

No hay comentarios:

Free counter and web stats