jueves, 15 de abril de 2010

Erotizando la infancia


Resulta que Primark, una cadena de ropa del Reino Unido, ha tenido que retirar del mercado unos bikinis para niñas de siete años que comercializaba, pedir disculpas y anunciar públicamente que donará los beneficios que obtuvo por su venta a una organización benéfica para niños.

El motivo de tal actuación son las críticas que ha recibido el modelo de bikini por el hecho de llevar relleno en el top lo que, parece ser, resulta una erotización de la infancia que crea trauma en las niñas e induce a la pederastia.

No seré yo quien contradiga tales afirmaciones cuando las firma la Sociedad de la Infancia Británica, aunque decir que un modelo de bikini induce a la pederastia me parece casi tan aberrante como decir que un modelo de minifalda induce a la violación.

De todas maneras, no creo que debamos criminalizar a una marca de ropa que decide comercializar un determinado modelo de bikini. En todo caso, debemos plantearnos porqué nuestras niñas de siete años pueden tener interés en comprar unos bikinis que simulen unos formosos senos. Seguramente son las mismas niñas que a los dieciséis pedirán como regalo de cumpleaños unos pechos de silicona y los padres que les hayan comprado lo primero, seguramente accederán a lo segundo si la economía se lo permite.

Que se comercialicen bikinis con relleno para niñas, de ser un problema, no lo es de mercado, sinó de educación. O tengo muy distorsionada la memoria o nuestras hijas no visten igual que lo hacían nuestras compañeras de clase. Yo no tengo niñas en casa y, por lo tanto, lo que ignoro es si son ellas o sus progenitores quienes deciden imitar a edades cada vez más tempranas a las adolescentes y jóvenes de su entorno a la hora de la moda.

Que nuestra sociedad se erotiza por momentos es casi un hecho el juicio de valor del cual dejo para quien quiera hacerlo. La edad a la que pueda una criatura presumir de tipo es también una cuestión que delego, en este caso a psiquiatras y profesionales de la pedagogía. La pregunta que sí me hago es si, en caso de que alguien comercializase tejanos para niños con relleno en la entrepierna, la discusión habría existido. ¿estamos, tal vez, ante otro debate machista?

2 comentarios:

Gabriela dijo...

El que és més increible no ha estat el llançament al mercat d'aquesta "cosa", el més increible és que la gent ho ha comprat. Potser els va afectar el fum!?

Anónimo dijo...

Yo no lo haría...Es quizás lo que más me gusta de mi hija, que vuelve a hacerme sentir un poquito otra vez niña...
No deseo que viva otra edad que no sea la suya, los siete años cuando tiene siete años ya me parece bien.
Vir.

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