martes, 6 de abril de 2010

La justicia del siglo XXI


No tengo ni idea de cual será la estrategia que harán servir los letrados que defienden a Luís Bárcenas, el Bigotes y compañía en lo que se ha dado en llamar caso Gürtel. Yo, si fuese ellos, alegaría indefensión. ¿que cómo la argumentaría? Pues simplemente exponiendo que no es posible que nadie sea capaz de leer 50.000 folios de redactado en ese enrevesado lenguaje jurídico para preparar la defensa.

Bromas a parte, lo que sí que me ha resultado curioso es que se tuviese que prolongar un día el secreto de sumario porque la longitud de éste había obligado a utilizar las nuevas tecnologías. Osea que, en la administración de justicia, la utilización de las nuevas tecnologías no sirve para acelerar las cosas, sinó para retrasarlas.

Supongo que es que uno se ha chupado demasiadas películas americanas en las que parece que todo sea tan sencillo como empezar a explicar cosas delante de un jurado y a recitar "protesto" a cada frase de la parte contraria, pero me sigue sorprendiendo la parsimonia y lo intrincado de nuestro sistema judicial.

A todo esto, lo único que ha acabado es la fase de instrucción. Ahora tendremos que esperar a que el proceso siga su curso y así, posiblemente, el Partido Popular podrá ahorrarse tener que hacer cualquier maniobra con Bárcenas para que ceda su acta de senador, excepto no incluirlo en las listas para las próximas elecciones. Si, además, la sentencia tarda lo suficiente, incluso podrán volver a encomendarse a las teorías conspirativas amparándose en escuchas ilegales. Mientras tanto, Garzón está procesado por hiperactivo. ¿Será tal vez que a nuestra justicia le marea la velocidad?

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