lunes, 15 de febrero de 2010

¿Héroes o villanos?


Alguien dijo algo así como que la muerte de una persona es una desgracia, la de varias una tragedia y la de muchas una estadística. En el sentido inverso también funciona: salvar una vida es una heroicidad, salvar varias, un acto de valentía y salvar vidas a diario, algo normal.

Con frecuencia olvidamos que hay personas que, habitualmente, están evitando la muerte de miles de congéneres. Me refiero, evidentemente, a médicos y médicas, enfermeros y enfermeras, bomberas y bomberos, personas de las fuerzas de seguridad y lo que me deje en la lista. Lo único que les diferencia de los héroes y heroinas que acaban saliendo por España Directo es que cobran por ello. No es que cobren por cada persona que salvan, sinó que cobran un sueldo más o menos mediocre y que, en consecuencia, ya se espera que hagan de héroes a diario y eso, parece ser, no tiene mayor valor.

Mi idea aquí no es reivindicar una mayor retribución, aunque no entiendo porque cobran menos que un controlador o una controladora aéreos. Ni siquiera se me pasa por la cabeza que se esté hablando de ellos a diario en los medios de comunicación para explicarnos lo buena gente que son ni que se monte un desfile semanal para rendirles homenaje. Lo que sí me gustaría, en cambio, sería salvarlos del escarnio público cada aquella vez por mil en que un error, un mal cálculo o ni eso, una circunstancia incontrolable, hace que no puedan cumplir lo que se espera de ellos y alguien muere por el camino.

Parece ser que nuestra memoria y agradecimiento es limitado y que cuando un o una profesional de la heroicidad deja de hacer un milagro un día, merece un linchamiento cuando menos público y cuando más legal. Tiene que reparar la pérdida de aquella persona a la que queremos tanto y que acaba siendo sustituída por una indemnización millonaria. La mayoría de las veces lo que estamos exigiendo no es justicia sinó venganza o, incluso, estamos vendiendo a peso el futuro que aquella persona no podrá vivir.

En los últimos meses, el tema está siendo aún más cruel. El linchamiento mediático que está sufriendo el cuerpo de bomberos por la muerte de cuatro de sus miembros en el fuego de Horta de Sant Joan para tapar la inoperancia política de sus máximos responsables es grave. Dudo que a ninguno de ellos les haya gustado el último vídeo difundido por la Vanguardia y en el cual yo pido que se sitúe cualquiera que haya tenido la tentación de incriminarlos.

Lo más fuerte del tema es que los muertos, aquí, fueron los propios héroes. Dudo que nadie más que sus familiares y amistades desee que se depueren las responsabilidades que se deban depurar y que, en todo caso, harán referencia a altos cargos. Pero dudo que esas personas vean con buen ojo el espectáculo televisivo que se ha montado alrededor.

Sería impensable colgar una medalla cada vez que alguien salva una vida. Es innecesario investir de santidad a quien se dedica cotidianamente a hacer pequeños milagros. Es suficiente no convertir en villanos a quienes durante años fueron héroes.

2 comentarios:

Juan Miranda dijo...

Me ha encantado tu articulo, lo suscribo totalmente. Gracias por tu sensibilidad.

Ramón Martín Cabeza dijo...

Gracias a vosotros por vuestro esfuerzo diario.

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