Si alguna vez soy mayor, quiero ser opinador profesional, como los de la tele, que hablan de todo sin entender de nada. Mientras tanto y hasta que alguien decida pagarme por ello, me entretengo compartiendo con quien quiera mis opiniones discutibles.
viernes, 12 de febrero de 2010
20 años no es nada
Eso es lo que dice el tango y lo que debe pensar la judicatura cuando tarda más de diecisiete para iniciar la vista por la explosión de una pirotecnia que costó la vida a dos personas.
Mientras tanto, un amigo mío al que alguien acusó de injurias por preguntarle a un concejal si dormía con una mujer que no era la suya, tuvo juicio al cabo de un mes. Está pendiente de sentencia y no dudéis de que si se le condena a cualquier cosa os lo comentaré, porque será digno de comentario.
A todo esto, el señor Millet y sus millones siguen rondando por ahí y, quien sabe, tal vez se esté leyendo esto y pensando que en diecisiete años seguramente el destino ya habrá dado buena cuenta de sus huesos.
La verdad es que a mí me cuesta un poco entender todo esto y es que tenía muy claro que la justicia era ciega, lo que no había oído nunca es que, además, fuese tonta.
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