martes, 11 de mayo de 2010

Reduciendo deudas


Lo que era necesario se ha hecho urgente y, después del descalabro griego y de las campañas mediáticas España tiene que reducir el déficit a un ritmo mucho más acelerado de lo inicialmente previsto.

Nuestro gobierno que, para colmo de los colmos, ostenta la presidencia de turno de la Unión Europea justamente ahora, hace gala de su obediencia habitual ante las exigencias continentales y anuncia que ahorrará el doble de lo que tenía previsto.

Falta aún que nos expliquen los detalles pero, según ha trascendido, el recorte será básicamente en el capítulo de gastos, oséase, en el de los servicios que recibiremos como ciudadanía, ya sea en su calidad o en su cantidad.

Seguramente el gobierno se encabezonará en demostrarnos que la última afirmación es falsa y que recortará tan sólo en cuestiones superfluas, aunque en el fondo eso supone afirmar que hasta ahora lo que se había hecho era despilfarrar el dinero de todo el mundo como si no quedasen necesidades por cubrir.

A mí se me ocurre, tal como he oído decir aunque sea en su característica voz baja a Joan Carles Gallego (Secretario General de CCOO en Catalunya) que el déficit también se recorta a base de incrementar ingresos y manteniendo el gasto. A ese respecto, me atrevería a recordar que no hace tanto que se decidió eliminar el impuesto sobre el patrimonio y que, tal vez, sería hora de resucitarlo en vez o a la vez de subir el IVA.

Claro, lo que no sería razonable esperar es que un gobierno de derechas hiciese una cosa así. ¿cómo? ¿que nuestro gobierno es de izquierdas? ¿porqué? ¿por el nombre? El hábito no hace al monje. Posiblemente ahora sea el momento de ver que se esconde bajo la "psotana".

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