viernes, 7 de mayo de 2010

Cuestión de lados


Soy un inocente total y seguramente me engañaron cuando me explicaron que, al principio de los tiempos, la gente circulaba con sus caballos por la izquierda. De esa manera les era más fácil defenderse de los atacantes que se pudiesen cruzar, puesto que podían desenfundar con facilidad la espada con la mano derecha y alcanzar el resto del camino.

Según esa historia fue Napoleón quien, harto de que la gente se agrediese por las calzadas, decidió que se debía conducir por la derecha y así sería más difícil que nadie atacase a nadie. Como consiguió dominar la práctica totalidad de Europa, la moda se extendió a toda ella excepto, como no, a sus irreductibles rivales los británicos, que siguieron conduciendo por la izquierda.

Si la historia es cierta o no tiene una importancia ínfima. Lo que está claro es que ilustra el conservadurismo de un estado que sigue midiendo pulgadas, bebiendo pintas y pagando con lo mismo que pesan: las libras.

En un estado así, ¿cómo de conservador debe ser un partido político para que ese sea su nombre? Y, si el mayor líder de un partido llamado laborista fue un gran aliado de George Bush y José María Aznar, ¿con Quién se aliará Cameron?

El tiempo nos responderá a estas preguntas pero, de momento, lo que creo tener claro es que, conduzcan por donde conduzcan, los británicos tienden a irse hacia la derecha.

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