jueves, 16 de septiembre de 2010

Más cosas que me desorientan


Vuelvo a dedicar un post a cosas que me desorientan. Esta vez mucho más domésticas, intrascendentes, irrelevantes y en el límite de lo anecdótico, pero igualmente me desorientan.

Resulta que uno ya está preparado para que el principio de curso tenga sus dificultades con el tema libros. Ediciones que cambian, libros que no llegan y todo ese tipo de pequeños conflictos que hacen que, a pesar de haber hecho un pedido con tres meses de antelación, no esté todo a punto hasta una semana después de empezar el curso.

Este año había conseguido tenerlo todo supuestamente correcto, forradito y con nombre, el fin de semana anterior al anticipado debut escolar. Vaya, que me sobró hasta un día porque, por aquellas otras cosas que no desorientan aunque no entienda, las clases empezaron un martes.

Pues bien, el mismo martes mi hijo me anuncia que la tutora le ha comentado que el libro de castellano no era el que correspondía. La verdad es que yo ya había detectado diferencias con uno del mismo curso del año anterior que había pasado por mis manos pero, como los del resto de materias también habían cambiado de edición y formato, no le había dado mayor importancia.

De manera que me toca dirigirme a mi proveedor de libros que me dice que no, que quien se equivoca es el colegio porque la editorial dice que es ese, con lo que me toca volver al colegio. Finalmente allí me dan la respuesta, que es lo que en realidad me desorienta. Resulta que la editorial en cuestión edita dos libros de castellano diferentes: uno para Catalunya y otro para el resto del estado.

No sé si todo ello tiene que ver con desafecciones que deben traducirse en el título (el de Catalunya se llama "más plural", mientras que el otro se llama "lengua castellana") o responde a una simple estrategia comercial pero, en todo caso, yo me siento totalmente desorientado al no entender porqué el castellano se debe enseñar diferente en Manresa que en Brenes. Aceptaré explicaciones.

6 comentarios:

Mariano Puerta Len dijo...

Creo que la explicación es que la edición para Cataluña es más ligera (tutora dixit), para alumnos que necesitan aprender menos castellano. Toma carnaza para la Brunete mediática.

Gabriela dijo...

Les dues edicions s'expliquen per queè la llengua I és el català i "suposadament" és en aquesta llengua on es fan els aprenentatges bàsics, és a dir les estructures, les tipologies de text i altres continguts que són comuns a totes dues llengües donada la seva pertinença al grup de llengües amb tronc llatí. El de castellà, "únicament" hauria d'èsser una eina complementària que fes incidència en les diferències entre totes dues llengües, això és vocabulari i lèxic.
Nosaltres, a l'escola pública, ni tenim llibre en castellà i la Clàudia, en la concertada té la versió "espanyola",la llarga i concentrada.
Si hi ha més dubtes... a disposar

Gabriela dijo...

Les dues edicions s'expliquen per què la llengua I és el català i "suposadament" és en aquesta llengua on es fan els aprenentatges bàsics, és a dir les estructures, les tipologies de text i altres continguts que són comuns a totes dues llengües donada la seva pertinença al grup de llengües amb tronc llatí. El de castellà, "únicament" hauria d'èsser una eina complementària que fes incidència en les diferències entre totes dues llengües, això és vocabulari i lèxic.
Nosaltres, a l'escola pública, ni tenim llibre en castellà i la Clàudia, en la concertada té la versió "espanyola",la llarga i concentrada.
Si hi ha més dubtes... a disposar

Ramón Martín Cabeza dijo...

Moltes gràcies, Gabi, per una explicació tan tècnica que l'has hagut de fer dos cops perquè provèssim d'entendre-la. Dedueixo, doncs, que les escoles que facin francès ja no deuen necessitar ni llibre, no? ;-)

Gabriela dijo...

opss! ho sento

Mariano Puerta Len dijo...

De todas forma, aprovecho este foro para revindicar la autoría de de la teoría de la superposición de contenidos. En COU nos dieron muchas clases repetidas entre las asignaturas de catalán y castellano, hasta el punto que decidí tomar apuntes sólo la primera vez que me explicaban algo. Ahorré papel y horas de estudio, pero perdí una subida en mis calificaciones. A final de curso, la profesora de catalán me pidió los apuntes para decidir si me merecía un suficiente o un bien en función de las faltas de ortografía. Como la mayor parte de los apuntes estaba en castellano, las pocas faltas de ortografía no consiguieron subirme la nota.

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