
No entiendo mucho de diplomacia pero, por más que la embajada venezolana sea del mismo palo que su presidente y, por ende, entienda que la mejor defensa posible a cualquier acusación es un buen ataque, dudo muchísimo que ir acusando a los aliados de tener un sistema policial y judicial antidemocrático pueda reportar muchos réditos en forma de simpatías internacionales.
Seguramente a Hugo eso de las simpatías le preocupe bien poco pero alguien tan puesto en cuestiones del averno como él, que es capaz de oler el azufre añejo en un estrado, debería saber que siempre vale la pena tener amigos, aunque sea en el infierno.
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