Si alguna vez soy mayor, quiero ser opinador profesional, como los de la tele, que hablan de todo sin entender de nada. Mientras tanto y hasta que alguien decida pagarme por ello, me entretengo compartiendo con quien quiera mis opiniones discutibles.
sábado, 17 de julio de 2010
Lo último en tecnología
Debo reconocer que, en esto de la tecnología, yo siempre he estado como mucho a la penúltima. Nunca he tenido un i-pod y mucho menos un i-phone. De hecho siempre he recordado con cierta nostalgia el primer teléfono móvil que utilicé; un Motorola que recordaba más al zapatófono de Mortadelo y Filemón que a cualquier otra cosa.
Aquel teléfono era eso, un teléfono. No tenía juegos, no enviaba SMS, no reproducía música y mucho menos vídeo y no tenía ni idea de lo que era internet. Pesaba y ocupaba el triple que cualquier teléfono actual pero servía para lo que servía, que era hablar por teléfono.
Resulta que ahora los señores de Apple han sacado la cuarta generación de su joya de la corona, el i-phone. Según tengo entendido es una maravilla que sirve para hacer casi de todo. En este caso casi de todo menos hablar por teléfono, dado que un error de fabricación le hace perder cobertura cuando se usa. O no es muy verdad o la gente es más tonta de lo que yo pensaba, porque parece ser que han vendido ya más de un millón y medio de ejemplares cuando lo normal es que quien comprase el tercero se diese cuenta del problema.
En todo caso la solución que propone la empresa es totalmente ingeniosa: le pondremos una fundita. No deja de ser curioso que en pleno siglo XXI, en plena era de las comunicaciones, lo último en tecnología acabe siendo un funda.
Por mi parte pienso seguir yendo a la penúltima. Es la manera de estar seguro de que lo que usas funciona porque ya habrá pasado por la mano de ese millón y medio de personas que parece que hacen falta para descubrir que una cosa sirve para todo menos para lo que debería servir.
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