miércoles, 28 de julio de 2010

88 millones de nada


Esa es ni más ni menos que la diferencia entre los 11 millones de euros de beneficios declarados por la junta saliente del Barça y los 77 de déficit que, según la junta entrante, ha tenido el mismo club en el último ejercicio.

La historia no es nueva y, de hecho, se trata simplemente de presentar un panorama fácilmente mejorable para poder hacer en el futuro un balance positivo de la gestión por parte del equipo que pasa a hacerse cargo de la entidad. Seguramente ellos presentarán un beneficio al final de su mandato que, en caso de que sean sustituidos, será considerado incorrecto por una nueva auditoría.

¡Mira que en mi casa llega a resultar fácil calcular el resultado del ejercicio! Si cobramos X y gastamos Y, el resultado es X menos Y. Pero se ve que eso, cuando se cuentan los euros por millones es mucho más complejo.

La conclusión, pues, no puede ser una crítica hacia la gestión ni de los que han salido ni de los que entran que, entre otras cosas, no me preocuparía en lo más mínimo si no fuese porque buena parte del dinero que maneja esa entidad en concreto proviene de fondos públicos, aunque sea vía televisión autonómica.

Para mí la lección es lo poco fiables que son las conclusiones financieras llámense auditorías o pruebas de stress. Las finanzas, como las estadísticas, no dejan de ser números que pueden servir para maquillar muchas cosas y que se pueden explicar con criterios diferentes en función del interés.

Y si los resultados pasados de un club deportivo son tan complejos de explicar, ¿debemos creernos los augurios futuros de las economías estatales? Tal vez quepa plantearse que utilizar ese invento de la macroeconomía-ficción para justificar reducciones de sueldos, recortes de derechos y ataques a las políticas sociales es tanto como dejarse hipnotizar por las incomprensibles palabras de un brujo de cuyas intenciones cabe desconfiar.

Quizá sea hora de poner en el centro de toda decisión unas cifras más representativas de la realidad de las personas y preocuparnos menos de los cantos de unas sirenas que ya sabemos que, con frecuencia, más que nuestro porvenir procuran nuestra perdición.

2 comentarios:

Gabriela dijo...

Lo que pasa en can Barça es de chiste. ¡¿Os lo pasais pipa los del Madrid?! Con directivas amigas como esta, ¡quien quiere enemigos!

Mariano Puerta Len dijo...

Pues al señor Sala Martín lo llaman de todas partes para que luzca sus chaquetas y explique susrecetas de gurú económico.

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