sábado, 5 de marzo de 2011

Fútbol es fútbol

Esa escueta, mítica y teóricamente obvia frase de Johan Cruyff va a resultar que tenía más miga de la que se podía pensar. Si fútbol es fútbol, no es otra cosa y, en consecuencia, la política es un campo diferente. Creo que el señor Laporta, hacia el cual no he ocultado nunca mi subjetiva e irracional falta de simpatía, a pesar de ser un gran simpatizante del que hizo presidente honorífico, no había llegado a deducir tal afirmación de la frase en cuestión.

Joan Laporta fue, posiblemente, el mejor presidente de la historia del Barcelona. Es algo en lo que un culé llamado Josep me hizo reflexionar cuando el señor en cuestión dio el salto a la política: no sólo había conseguido un equipo de fútbol que ganaba títulos como churros, sino que había generado una imagen pública del club que hacía que el mundo mundial empezase a creerse aquello de "més que un club".

Pero ser presidente de un club de fútbol es relativamente fácil si se tiene mucho dinero y algo de carisma. El dinero es imprescindible para avalar la candidatura. El carisma para convencer primero a un grupito que saben que trabajarán siempre a la sombra del presidente y luego a un puñado más de socios y socias, porque tampoco es tanta la gente que acaba yendo a votar en unas elecciones que son presidenciales, es decir, en las que se vota a una persona y no a un equipo.

Una vez presidente, todo es más o menos sencillo. Se trata de formar una junta y hacer y deshacer prácticamente a antojo propio. Si alguien intenta sobresalir más que el "presi" o pretende seguir una línea diferente, se le corta y punto. Si no, que se lo pregunten a Sandro.

Un partido político es otra cosa. Por más secretaría general o presidencia que se ocupe en él, no se puede ir por la vida al libre albedrío y cortando cabezas. El carisma es importante para llegar allí, pero para mantenerse hace mucha falta la habilidad del funambulismo en las relaciones interpersonales porque si no, la cabeza que acabará rodando será la más grande, que sólo obtendrá una prórroga si un éxito electoral desmesurado le acaba de dar crédito o si el culo que la acompaña calienta la silla presidencial de alguna administración.

Laporta pensó que lo que había aprendido en Can Barça era extrapolable a la política y se equivocó. No dudo que tenga grandes dotes como gestor, pero eso para ser político no es ni imprescindible ni fundamental. Ahora habla de que hay quien se aprovechó de su apellido en una desmesurada muestra de egolatría. Yo tengo la impresión de que fue más bien al contrario.

Joan no quiso someterse a ningún partido existente, sino que tiró de popularidad para aglutinar gente a su alrededor y poder ser la cara del cartel de un proyecto que creía hecho a su medida, como si de las elecciones a un club de fútbol se tratase. A la que le han llevado la contraria, lo ha dejado.

Ahora Esquerra Republicana le tiende la mano. No sé exactamente qué esperan de él, pero creo que se arriesgan mucho. No me imagino a Laporta favoreciendo para nada procesos democráticos internos en un partido político y aceptando amablemente ideas ajenas contrapuestas a las propias. No creo que eso le convenga a ningún partido, pero precisamente a ERC por historia y estatutos, menos aún.

Tal vez las próximas municipales demuestren que me equivoco completamente. Ya se sabe que mis opiniones son totalmente discutibles, pero lo que no creo que nadie discuta jamás es que fútbol es fútbol.

4 comentarios:

Mariano Puerta Len dijo...

Sorprende que un madridista atribuya la frase "fútbol es fútbol" a un exentrenador azulgrana en lugar su verdadero autor Boskov, un exentrenador merengue.

Ramón Martín Cabeza dijo...

Pues mira, debe tratarse de un madridista inculto que se la debió oír repetir en alguna ocasión al susodicho o que, simplemente, le sonó a suya. Pido disculpas, aunque creo que tampoco distorsiona el sentido del post.

Mariano Puerta Len dijo...

Hace unos años, desembarcaron en ERC dos líderes que revolucionaron primero y dinamitaron después el partido: Àngel Colom y Pilar Rahola. Ambos, sobretodo el primero, vieron generosamente recompensados sus servicios a CIU eliminando competencia.

Ramón Martín Cabeza dijo...

Pues la segunda aún tiene un puesto en TV3. Lo que no sé es que harán algún día con Carod-Rovira.

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