sábado, 6 de noviembre de 2010

¿Me siento seguro?

En una reciente conversación, un director de oficina de una caja de ahorros al que tengo mucho aprecio me confesaba su sorpresa porque algunos de sus clientes habían preferido hacer depósitos a un interés del 4% a suscribir bonos de la Generalitat de Catalunya al 4,75% porque consideraban más seguro lo primero que lo segundo.

La verdad es que, planteado racionalmente, a mí también me resulta curioso que alguien considere más arriesgada la deuda pública que un depósito en una entidad de crédito, puesto que si el gobierno de la Generalitat dejase de tener capacidad para hacer frente al pago de su deuda indicaría una situación lo suficientemente grave como para que el hecho de recuperar o no lo invertido en un bono resultase una anécdota.

Sin embargo, el miedo y la seguridad son cuestiones que tienen más que ver con las sensaciones que con el razonamiento lógico y ahí la administración y en especial sus dirigentes tienen la batalla perdida. Viendo como se gestionan a nivel global las crisis financieras, la sensación que tenemos buena parte de la población es de que los gobiernos son juguetes en manos de las entidades financieras o instrumentos de éstas para garantizar su propia supervivencia.

Por otro lado, cuando un veintinueve de octubre un titular en La Vanguardia anuncia la confianza de un gobierno en que se mantenga la creación de empleo hasta fin de año después de ver los datos de la encuesta de población activa del segundo trimestre y, cinco días más tarde, el mismo diario encabeza un artículo con la subida del paro en el mes de octubre, todo ello después de haber anunciado montones de brotes verdes que nunca florecieron, la otra sensación imperante es que, en materia económica, nuestra clase política va más perdida que un capitán sin brújula en una noche nublada.

La verdad es que visto así resulta mucho más razonable que alguien se atreva antes en confiar sus ahorros a quienes tienen la capacidad de generar crisis que a quienes son incapaces de gestionarlas. Aún así espero que las sensaciones nos engañen y que, aunque a estas alturas no se me ocurre mucho cómo, la lógica se acabe imponiendo a pesar de los despropósitos de quienes nos gobiernan para que las riendas de nuestros destinos no acaben en manos de cajas de ahorros fusionadas entre ellas y fagocitadas por grandes corporaciones bancarias.

3 comentarios:

Mariano Puerta Len dijo...

Si un banco o caja no puede hacer frente a la devolución de sus depósitos, el Fondo de Garantías de depósitos cubre hasta 10.000 por cliente. Los Bonos son valores, por lo tanto, no están cubiertos por el Fondo y, si la Generalitat no puede hacer frente al pago , el titular no ve un duro.

Mariano Puerta Len dijo...

Además, en un depósito a plazo normal, puedes recuperar tu dinero en cualquier momento pagando una penalización que no superará nunca los intereses recibidos. Para recuperar el dinero de los bonos tienes que encontrar alguien que te los compre y puede pasar que te paguen menos de lo que te costaron.

Ramón Martín Cabeza dijo...

Cierto todo lo que dices, pero si dentro de un año la Generalitat no es capaz de hacer frente al pago de los bonos, significará que las cajas tampoco cobrarán las operaciones que tengan pendientes con ella, que no creo que sean pocas. Además, los ayuntamientos, que no están en una mejor situación financiera, tres cuartos de lo mismo. Con todo ello, más vale que el fondo de garantías dé para todo el mundo, cosa que dudo.
Pero es que tampoco esas administraciones estarán pagando a sus proveedores, con lo que la parálisis general puede ser bastante grave y la situación empezar a ser caótica. A todo esto, que me garanticen 10000 € me empezará a sonar anecdótico.

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