martes, 14 de diciembre de 2010

El monstruo de Bolkenstein o cuando lo urgente oculta lo más importante

Tal vez porque un apellido así invita a ello, en 2004 la Comisón Europea propuso una Directiva que amenazaba como un monstruo los derechos laborales del proletariado europeo. Sin embargo, entre otras cosas gracias a las mobilizaciones sindicales, se consiguió mutilar al engendro hasta convertirlo en la directiva de servicios en el mercado aprovada dos años después, mucho menos lesiva.

Pero los monstruos no se esfuman casi nunca y el de Bolkenstein ha vuelto en 2010 camuflado en la propuesta de Directiva de permiso único que pretende que las empresas extracomunitarias puedan implantarse en la Unión importando personas que trabajarían bajo las condiciones de sus países de origen. Es decir, el fontanero de Phillipe de Villiers dejaría de ser polaco para convertirse en chino, marroquí o turco.

No es de extrañar que la propuesta sea defendida por la derecha que, evidentemente, tiene claro que la proyección a largo plazo es que quien quiera trabajar en Europa tendrá que aceptar las condiciones chinas, marroquís o turcas porque las empresas autóctonas habrán adoptado dichas nacionalidades y amenazarán con emplear al personal de allí.

En esta ocasión, sin embargo, la discusión no ha llegado hasta la opinión pública hasta ultimísima hora, entre otras cosas porque las fuerzas sindicales están lo bastante ocupadas con intentar movilizar urgentemente a las amansadas masas contra las rebajas de sus pensiones y otros derechos, como para verse incapaces para que nadie defienda lo que les costaría mucho entender que les afecta.

Afortunadamente, por una vez y sin que sirva como precedente, la derecha ha sido quien ha actuado con total fragmentación posibilitando que desde la izquierda se aplazase el avance del monstruo. En los próximos dos meses liberales y conservadores se pondrán de acuerdo en la cirugía estética que le conviene a la criatura y volverán a presentárnosla. Si somos capaces de captar la importancia del asunto, tal vez podremos alejarla una vez más, si nos despista lo urgente, quizá habremos salvado el derecho a jubilarnos a los 65... como en China.

No hay comentarios:

Free counter and web stats