jueves, 16 de junio de 2011

200 millones

A los que ya tenemos una edad, el título nos suena a dos tercios de un programa de televisión con vocación hispanoamericana pero no. Esa es la cantidad que parece ser que la familia Botín tuvo que pagar después de hacer una declaración complementaria de su IRPF del ejercicio 2005. Es decir, que resultó que después de declarar lo que declarasen, se habían "olvidado" de hacer constar tal cantidad de dinero que, a razón de su tipo impositivo correspondiente, debían al fisco esa minucia.

Lo más triste de la historia no es que esa pequeña diferencia se deba a que no se acordaran de declarar unas cuentas que tenían en un banco suizo y que había suscrito a su nombre el abuelo de la familia cuando, justo en los dos últimos años de la república, emigró allí para volver en cuanto Franco entró en Santander. De hecho, supongo que el pobre hombre iría a buscarse la vida humildemente por Europa como muchas otras personas tuvieron que hacer tristemente en las décadas siguientes.

Ni siquiera lo peor es que, si se acordaron de hacer la declaración complementaria fuese a instancia de la Agencia Tributaria, que se enteró por la policia francesa de la presencia de esas cuentas. A ciertas edades es razonable que la memoria empiece a fallar y se agradece que hacienda, que somos todos, nos tenga tan presentes que nos ponga al tanto de los descuidos.

Tampoco es penoso que a nadie se le ocurra que, tal vez, no sea suficiente que hagan una simple complementaria y paguen "un poco" más, sino que quizás seria razonable pensar que, aunque seguramente no existiera intención de defraudar, ni que sea a modo ejemplificador se debería sancionar a quien omite algún que otro cero en su declaración de renta.

Lo lamentable es que cualquier día de estos el señor Botín se atreverá a dar consejos de cómo se debe administrar el país, a recomendar que reformemos las relaciones laborales para generar confianza en los mercados o incluso a exigir que el dinero público se utilice para ayudar a la pobre banca, que está pasando una mala época.

Y lo más lamentable todavía será que, seguramente, llegado ese momento a quien le toque gobernar lo tendrá en consideración.

No hay comentarios:

Free counter and web stats