martes, 7 de junio de 2011

¿Peaje por hipocresía?

Aceptaré que se me acuse de paranoico pero mucho me temo que la euroviñeta, la directiva que permite que los estados miembros de la Unión Europea encarezcan hasta un 30% sus peajes para los camiones, tiene finalidades más oscuras que la supuesta protección ecológica.

En tiempos de crisis las reivindicaciones proteccionistas abundan. Las restricciones al libre movimiento de personas ya se ha reclamado desde diversos países y así se ha planteado la reinterpretación del tratado de Shengen.

Pero si las migraciones se viven con reparo desde el euroescepticismo pujante, el libre comercio entre los estados miembros también puede ser una amenaza económica desde el punto de vista de quienes defienden el proteccionismo. Claro que si alguien propusiese recuperar aranceles y tasas a la importación, podría ser poco menos que condenado a la crucifixión.

Sin embargo, la preocupación por el medio ambiente es mucho más políticamente correcta y popularmente aceptada, de manera que excusar por ahí un incremento en el coste del transporte de mercancias que, evidentemente, beneficiaría a las producciones de proximidad, resulta muy socorrido.

Tal vez sea cierto y sea un paranoico o, al menos, un malpensado que ve fantasmas donde no los hay. Ojalá sea cierto y la nueva directiva se preocupe tanto por nuestra salud medioambiental como las ministras alemanas de la de su ciudadanía a la hora de alertar de orígenes de brotes epidémicos. Espero que no resulte que nos han impuesto un peaje simplemente por la hipocresía de quienes nos gobiernan.

3 comentarios:

Mariano Puerta Len dijo...

Pues a mí me parece muy bien internalizar los costes. Cuando comemos cerezas en noviembre, pagamos el queroseno para traerlas, pero no pagamos la contaminación producida. Cuando me encuentro el Eje Transversal colapsado por camiones, pienso que están gastando una carretera que no han pagado, si se les internalizase el coste de la carretera, quizás resultaría rentable el uso y construcción de líneas férreas, mucho más sostenibles en términos medioambientales.

Ramón Martín Cabeza dijo...

Hombre, Mariano, yo lo que no tengo nada claro es cómo se paga la contaminación. A mí eso me suena a lo de las emisiones de CO2 que se compran unos estados a otros, de manera que lo que acaba pasando es que los ricos pueden contaminar y los pobres no.
Y si queremos invertir en ferrocarril en lugar de en carreteras, hagámoslo sin necesidad de peajes. Tal vez con una oferta ferroviaria decente, tendríamos menos camiones y más trenes de mercancias...

Mariano Puerta Len dijo...

Pues, por lo menos, hagamos pagar la carretera. Si la carretera es gratis (el sueldo del camionero se está convirtiendo en irrelevante), nadie usará el ferrocarril.

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