lunes, 9 de mayo de 2011

Una joya de justicia

A partir de hoy la justicia tiene una oportunidad para reconciliarse con quienes crean que no es tan ciega como se dice. Se inicia el proceso contra Lluis Corominas, el yerno de la familia Tous que mató de un disparo a uno de los asaltantes de la casa de los joyeros en Sant Fruitós de Bages hace cuatro años y medio.

El juicio se lleva a cabo ante un jurado popular y esa es, sin duda, la primera baza con la que juega la defensa que, desde el mismo momento en que Corominas salió de la prisión preventiva se cuidó muy bien de venderlo públicamente como una buena persona a base de colaboraciones con bancos de alimentos liderados por monjas mediáticas y peregrinaciones de la jet-set del Bages a Montserrat.

Sin tener mucha idea de derecho, dudo mucho que se pudiese defender la actuación del inculpado ante un o una juez. En ese caso seguramente la discusión durante el juicio se basaría en los posibles atenuantes que le supusiesen una menor pena.

Sin embargo, cuando el jurado tenga que elegir entre una buena persona que se asustó más de la cuenta el día en que el chalé de sus suegros era víctima de la ola de robos a la rumana y un delincuente inmigrante de la Europa del este cuyo cómplice ya se fugó de España tras salir de prisión bajo fianza, tengo mis dudas de que el pueblo llano sea capaz de defender los criterios de justicia y sentido común que, con mucha frecuencia, exige a la magistratura.

No tengo bola de vidrio y, por tanto, no puedo adelantar cual será el veredicto pero, en todo caso, sí que voy a desear que quienes deliberen tras las vistas tengan la capacidad de hacerlo desde la mayor de las ecuanimidades teniendo en cuenta que, por más que se les pueda encomendar a ellos dictar justicia, nadie tiene derecho a aplicarla por su cuenta y menos cuando se trate de la pena de muerte.

2 comentarios:

Mariano Puerta Len dijo...

Parece que si te tocase a ti actuar de jurado también entrarías con algún prejuicio.

Ramón Martín Cabeza dijo...

Pues aunque pudiese desprenderse del post, no creo. Simplemente partiría de un hecho que, si no es que está demostrado, está aceptado por todas las partes: un hombre ha matado a otro. A partir de ahí, discutamos, importándonos un carajo cómo se llamase, de dónde fuese o a qué se dedicase cada cual.

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