miércoles, 19 de enero de 2011

¿La revolución francesa del siglo XXI?

Seguramente habrá quien diga que la revolución francesa de 1789 cambió el mundo, aunque no sea cierto. Muy probablemente fue un impulso muy importante hacia los procesos democratizadores, la derrota de los absolutismos e incluso la separación entre estados y religiones. Pero no cambió el mundo, sino tan sólo una parte de él.

Como tantos otros grandes hitos de la historia, la toma de la Bastilla pasó inadvertida en África o en Asia, continentes que de momento nos han parecido anecdóticos en términos históricos, puesto que su influencia social y económica en nuestro mundo, al que llamamos desarrollado, ha sido hasta la fecha relativamente escasa.

Pero las cosas cambian y China o India se han convertido en el motor económico del mundo. Asia ya no es un espectador de los equilibrios económicos, sino el director de orquesta o la novia a quien todo el mundo corteja, lo que le hará ganar, sin duda, más protagonismo en los libros de historia del futuro.

En África y oriente próximo la cosa es diferente. Su despertar (a excepción de Israel y algunos países OPEP) está por llegar y les costará mientras estén sumidos en luchas tribales, tiranías, dictaduras y gobiernos religiosos. Sin embargo algo puede estar cambiando ya.

En Túnez el pueblo se ha revelado contra la corrupción y la dictadura más o menos encubierta y, lo más importante, ha conseguido derrocarla. Algunos países de la zona han empezado a sufrir el efecto contagio y sus gobiernos absolutistas han puesto sus barbas a remojar. Si el pueblo tunecino es capaz de llevar a buen puerto su revolución particular y cunde el ejemplo, los pequeños pasos hacia el despertar del mundo dormido podrían irse acelerando y eso sí podría ser una auténtica revolución en pleno siglo XXI.

5 comentarios:

Mariano Puerta Len dijo...

La revolución iraní también fue una revolución contra un dictador.
Cuando en Argelia los islamistas ganaron limpiamente unas elecciones, el gobierno anuló el resultado manu militari con el beneplácito de las potencias occidentales, que la democracia sólo es buena si votan lo correcto.
El juego de equilibrios necesario para que la revolución tunecina desemboque en una democracia resulta muy complejo. Si lo consiguen, mi admiración será profunda.

Gabriela dijo...

Realment creus que es poden governar amb una democràcia d'estil europeu? Crec que encara han de caminar una mica més, hi ha massa fragmentació en clans i tribus, molta gent humil i poca classe mitja... Els falta passar pel període del "despotisme il.lustrat", no es pot passar de l'edat mitja a la revolució tecnològica sense viure l'edat moderna, les revolucions burgeses, massa traumàtic.... (Parlant de traumes, acabo d'escoltar Betis 2 Barça 0!)

Ramón Martín Cabeza dijo...

Con mucho más desconocimiento que tú, la diferencia puede ser que en este caso tal vez no se hayan inmiscuido tanto las grandes potencias (al menos explícitamente). Aún así está claro que el equilibrio es más que difícil. Ya están dimitiendo ministros...

No sé, Gabi, segurament que tens raó, però també pot ser que alguna cosa s'aprengui de les experiències alienes. No crec en canvis miraculosos i les revolucions (crec que ja ho he escrit algun cop) no acostumen a servir de gaire cosa, excepte per iniciar procesos de canvi que amb el temps poden donar resultats.

Mariano Puerta Len dijo...

No estic segur que a Tunísia no estiguin preparats per a una democràcia. Per començar, ells han estat capaços de fer fora a un dictador des del carrer. Aquí vam haver d'esperar a que morís de vell.

Gabriela dijo...

I, darrere de les protestes qui hi ha? El poble? Els joves? Els governs islamistes, tot haver arribat amb els vots i utilitzant la democràcia, són democràtics? On són els islamistes? Quin silenci, oi? Hitler també va guanyar unes eleccions democràtiques... ? Quan veig les dones del magreb sortir a les manifestacions sense vel no puc evitar pensar que els queden dos telenotícies i mig.

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