sábado, 23 de septiembre de 2017

Más equidistante que nunca

Desde que empezó a gestarse el conflicto de nacionalismos en Catalunya mi posición ha sido la misma, aunque aún haya quien considere que, los que están donde yo, no se han posicionado. 

Al principio se hacía difícil explicar cuál era esa posición, pero un día leí a Jordi Évole  hablando de equidistancia y lo compré porqué me pareció un matiz bastante distinto a la neutralidad, que puede confundirse con la indiferencia.

Lo que sí que ha cambiado en este tiempo son las fuerzas que me impulsan a mi posición. Mientras que en un principio era la falta de atracción hacia cualquiera de los bandos en conflicto, ahora es la repulsión. Y esa fuerza es mayor.

La falta de atracción es fácilmente reversible. Un pequeño empujón, un movimiento inercial o el acercamiento de cualquiera de las masas podía aproximarme a ellas. 

La repulsión, en cambio, es una fuerza infranqueable que hace que sólo alguien que ejerza presión constante en sentido opuesto puede vencer temporalmente pero que, a la que desaparece la presión, vuelve a impulsarte en sentido opuesto.

No es que falten las presiones (por mi ubicación geográfica y las características de mi red social, mayoritariamente para acercarme hacia el nacionalismo catalán) pero por ahora sólo han servido para constatar la gran intensidad de la repulsión que me mantiene en el centro.

Me produce repulsión que unos inventasen opresiones donde no existían y que otros decidiesen responder oprimiéndolos.

Me producen repulsión los gobernantes que deciden hacer las cosas porque les da la gana y los que deciden que no se hacen porque no les da la gana.

Me produce repulsión que unos y otros digan que lo hacen por el bien de todos cuando saben que de esto no puede salir nada bueno.

Me produce repulsión que unos, como el entrañable Rufián, sólo se olviden de hacer chascarrillos fáciles en el congreso cuando los detenidos son "sus amigos" y que los otros detengan a la gente porque no son son sus amigos. Especialmente porque yo quiero como a amigos a gente posicionada en ambos nacionalismos aunque no sea amigo de ninguno de los dos.

Me produce repulsión que unos envíen a la población civil a la calle para que exijan lo que ellos no saben defender en las cortes y que los otros, en lugar de trasladar la discusión allí, respondan con la Guardia Civil.

Me produce repulsión que unos y otros conviertan todo aquello que debería ayudarnos a entendernos en armas arrojadizas (las cortes, los medios de comunicación públicos e incluso los idiomas).

Me produce repulsión que unos prometan lo imposible y que otros hagan imposible lo que la mayoría demanda.

Me produce repulsión, tristeza y vergüenza ajena que unos y otros estén haciendo añicos el más valioso y escaso en nuestra historia de los patrimonios que tenemos: la convivencia pacífica independientemente de las ideologías y las coyunturas económicas y geopolíticas.

Y sobretodo, me produce repulsión que unos y otros lo hagan exclusivamente por su orgullo e interés propio, olvidando que desde el momento en que accedieron al cargo que ostentan dejaron de deberse a él para hacerlo a una ciudadanía que no es ni monolítica ni monocromática.

No hay comentarios:

Free counter and web stats